Primer Lugar:
César Omar Contreras Vera
El dilema del Caballero – Monólogo - Video
Segundo Lugar: ​
Laura Camila Llanos Páez
Claire - Microrrelato
Tercer Lugar: ​
Rober Antonio Aguilar Llanos
Rimas y Coplas de la Edad Media – Poesía y Video
Cuarto Lugar: ​
Alejandra Silva González
Vivamos a Media – Cuento gráfico
Claire
Tenía miedo, no sabía qué hacer, mis ojos se desviaban a la ventana mientras la brisa movía los harapos que disipaban el ruido de las calles. No podía cerrar los ojos, pues mis oídos se inundaban de los desgarradores gritos de la señora Fraser, su dolor se esparcía como la luz del sol sobre la tierra, perder a todos sus hijos por el castigo divino era algo injusto para una mujer que lo había dado todo por ellos. No podía asomarme, me acongojaba el corazón sus bramidos de pena, me imaginaba su robusto cuerpo abrazando el cuerpo de Jeremy, su ultimo hijo, deformado por las ronchas ennegrecidas sobre la piel. Yo misma le había ayudado a cuidar de cada uno de los muchachos, incluso recuerdo como perdí la cordura junto a ella cuando Jamie se unió a la paz de nuestro Señor. Nos casaríamos pasado el invierno y esta plaga. Mis vestiduras se incendiaron con los cuerpos de los fallecidos cuando llegaron los caballeros a incinerarlos en una torre a todos. Me quedé frente a la hoguera viendo como el rostro de Jamie se deformaba por las llamas.
Retumbaron con violencia las puertas de mi hogar, la pensión de los Duncan desde que salí de Florencia cuando iniciaron los castigos divinos, traje conmigo tantos amuletos y especias como me fue posible, si no hubiese sido por Jamie, me habrían colgado por hereje desde que pisé este pueblo. Quedé desprotegida desde que el se marchó. Escuchaba las fuertes pisadas de los caballeros gritando con miedo y enojo mi nombre por el lugar. Ni siquiera sus abruptas voces opacaban los alaridos de la Señora Fraser. Estaba decidida a salir de allí como fuera, tomé algunos trapos con flores trituradas y unos cuantos frascos de aceite que servirían para limpiar las impurezas de la piel corrompida por las llagas negras, me refugié en algunos costales en cuanto escuché a algunos de los guardias irrumpir en mis aposentos, con grandes antorchas encendidas empezaron a revelar el fuego en las paredes: “Bruja de los demonios revélate ahora mismo y enfrenta as consecuencias de tus actos, libéranos de esta perdición”. Exclamó iracundo un caballero cerca de mi escondite.
No quería que me hicieran daño, no esperaba que mis ungüentos no ayudaran a la hija de Sir Thomas, la pequeña se desvaneció en una de las sesiones donde debíamos remover la piel putrefacta. El ardor de las hogueras en el sitio empezaba a afectarme y el humo subía feroz por mi nariz, no pude evitarlo estaba ahogándome y la tos no me dio espera a que ellos se marcharan. Ambos hombres gigantescos y blindados en armaduras plateadas me tomaron por el cuello y tiraron de mi cuerpo al suelo, con los cabellos revueltos. Grité tanto como me fue posible supliqué e imploré perdón a Dios por mis hazañas de querer salvar a quienes Él quiere en su reino, pero no me escucharon. Me tomaron por los cabellos arrasando con mi cuerpo por la posada. Cuando abrí los ojos estaba en la calle, desorientada y con todos aquellos que me juzgaban gritándome cosas horribles: “Bruja, hereje, esposa del maligno, pecadora, víbora…” ¿Cómo podían hablarme así? Apenas hace unos días estaba en sus casas limpiándoles las heridas y suministrándoles aguas herbales para mejorar sus cuerpos. La señora Fraser apenas volvió sus ojos a mí, destruida por las lágrimas se unió al clamor de aquellos que llamaba familia. “Pagarás con las llamas ante nuestro Dios por tus baratijas” Gritó el caballero mientras con su navaja cortaba mi melena, aquella que me hacía tan parecida a mi madre.
Nuevamente cerré mis ojos, supliqué con cada aliento que me quedaba a Dios el perdón por ir en contra de sus proezas y le pedí que abriera los cielos para ver a mi querido Jamie por última vez. Fue entonces cuando todo fue volátil y sumida entre tanta paz; los caballeros a trincharon mi cuerpo con sus antorchas enardecidas de fuego, mis oídos zumbaron ante el dolor y quedaron sordos a las palabras de los presentes. El humo que desprendía mi cuerpo ante las llamas se opacó los cielos que hasta entonces buscaba entre las nubes desesperada a mi amado.
Aún siento que no fue mi culpa lo que sucedió, no quería que nadie muriera, los ayudé tanto como me fue posible, no quería ir en contra de la divinidad de nuestro Señor, pero le agradezco infinitamente que me condenaran a mí. Mi pequeña Claire pudo huir del dolor escondida entre el heno que guardaban los guardias para sus bestias. Pude verla marcharse con su cobrizo cabello escondido entre el carruaje, y sé que en París llevará una buena vida, no como la que yo podía ofrecerle. Claire tiene la tenacidad de Jamie para salir de todo esto.
Quinto Lugar: ​
Wilmer Andrés González.
Transiciones evolutivas - Cuento.
Mención Especial: ​
Luz Stella Delgado Sanabria.
El Final de los Reinos – Libro Digital.
Otros Trabajos:
Jamit José Fonseca
Alquimistas – Cuento gráfico

César Alfonso Mercado Ruíz
Versos de la Edad Media – Poesía

Julián David Ríos López
Raimundo Lulio – Cuento
Raimundo Lulio
Una vez Raimundo Lulio entra a un bar, su personalidad solitaria y meticulosa lo hacía siempre estar solo y entrar a un café bar era su cotidianidad, era un gran pensador de la filosofía había combinado sus conocimientos en teología, para hacer de todo esto como resultado la meditación enfocada en la bioética y la ontología de la facultad de ciencias humanas y sociales, sus creencias religiosas eran su carta magna para la vida, una vez sentado en la barra de aquel café bar, vio entrar una chica y de inmediato pensó, que tetas, que culo, que boca, como será hacerle el amor, no pasaron ni 10 minutos y esta chica se acercó a aquel Teólogo y le dijo “podemos compartir un trago” a lo que el con su serenidad de conocer la conducta humana dijo que si, 20 minutos después ya iban en camino al apartamento de aquel meticuloso filósofo y al abrir la puerta, la lengua de aquella chica ya había atravesado la garganta de Raimundo y ya estaba medio desnuda, tuvieron sexo toda la madrugada de una manera desenfrenada, cuando amaneció aquel filosofo viendo un rayo de luz por la puerta del cuarto a medio abrir dijo “ que noche tan maravillosa, fue lo mejor del mundo y ni siquiera se su nombre”, aun sin creerlo encendió un cigarrillo y con una tonta sonrisa en su boca decía en su mente de nuevo, que culo, que tetas fue increíble, se acercó al baño y sentado en el retrete, aun pensaba en aquella mujer, cuando volvió un poco a la realidad mira al espejo y escrito con labial rojo decía “bienvenido al mundo del sida”, aquel teólogo se inundó de angustia inmediatamente y aquella inhibición pasional desapareció, ahí su lógica y raciocinio hicieron una fusión homogénea con la creencia de una entidad trascendental llamada dios por muchos, a partir de ese momento tuvo una visión constante de Cristo crucificado por 5 noches, tal vez buscando una señal a aquel escrito con lápiz labial en ese espejo, el desespero fue tal que Raimundo, se retiró a una cueva en el monte de Randa donde se entregó a la meditación, y posteriormente dicha agencia de representación se fue convirtiendo en una cuestión de sabiduría y entrega de su espíritu. Donde por medio de los monjes de un monasterio, entrego su vida a Dios.
Jorge Campo
En el período medioevo- Poema
En el período medioevo- Poema
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En el periodo medioevo
La religión envidiosa
Con pensamiento malevo
Contra mujeres hermosas
Por ser señoras pensantes
A todas las perseguían
Por sus dotes fascinantes
Que siempre sobresalían
De ahí vienen los cuentos
de brujas y espantos
pensaban que los talentos
eran solo cosa de santos
perseguían a las brujas
noche y día sin descansar
como buscando aguas
en el profundo mar
al empezar de la noche
se escucha un gran ventarrón
como si viniera un coche
o por el cielo un enorme pajarón
se posa en el tejado
de aquel del que está enamorada
y lo deja embobado
con gritos y carcajadas
dicen que volando van en escoba
divisando los paisajes
ellas tienen joroba
donde carga los brebajes
son mujeres muy hermosas
no se dejan agarrar
y sobre todas las cosas
ni una han podido matar
son las hijas de José
o de alguno como tú
porque saben candombe
o practican el vudú
así que siempre mantente listo
todos comenta por ahí
porque nadie las ha visto
pero que las hay, las hay.
Edgar Elías Mecha Forastero
Las cruzadas destruyeron mi hogar - Cuento
Las cruzadas destruyeron mi hogar - Cuento
Érase una vez dos hermanas de sangre, la mayor de se llamaba Diocelina y la otra se llamaba Mariana, pertenecían a una familia grande de la que hacían parte su único hermano menor llamado Santo Tomas Peralta cuya mujer se llamaba Cristina de Pisán, un hombre devoto a Dios, al igual que sus hermanas, todos participaban activamente en todas las actividades que se programaban, Mariana, era esposa de un hombre devoto también. Un día cualquiera, el papa Patricio Leal, convocó a todos los hombres de la provincia a demostrar su fe y lealtad a sus creencias en Dios mediante un viaje de cruzadas al oriente, a Jerusalén para la defensa del territorio y búsquedas de nuevas tierras para expandir la fe cristiana.
La noticia rápidamente se expandió en el pueblo, a lo que Mariana una tarde en compañía de su cuñada Cristina fue de visita a casa de su hermana mayor Diocelina y le socializó la idea de que su marido le había comentado que tenía pensada irse de viaje para participar en la cruzada a oriente medio y que su hermano Tomas quería ir también, Diocelina se quedó pensativa por un momento y le preguntó ¿se han puesto a pensar si ellos no vuelven porque mueran en los combates? A esto respondió Cristina, sí, pero, moriría por amor a Dios, y yo defenderé su causa para seguir con su legado de servicio a Dios.
Frente a esto, luego, las dos hermanas se sentaron a conversar con sus maridos y hermano para decidir si fueran o no, en el caso de Diocelina, les expresó que no le gustaría que su hermano fuera a la guerra porque tenía sus hijos pequeños y eran mucho riesgo. Entre charla va y viene, Tomas y el marido de Mariana decidieron ir a la guerra, al final, volvió con vida El marido de Mariana y Tomas falleció, contó el cuñado, que murió en medio de la guerra, sediento y arrepentido de haber ido a la guerra. Partir de ese momento, Cristina cumplió con lo expresado y se prometió a si misma que defendería el honor de la mujer, pues, no debía seguir padeciendo exclusiones, ya que; estaban cansadas de ver morir a sus maridos y familiares en las guerras y comenzó a escribir textos en las que reclamaba la igualdad para sus compañeras, que fueran reconocidas y hechas participes de otros escenarios sociales, se convirtió en una defensora también de la enseñanza a los niños y niñas, tiempo después, muchos siglos después Cristina ha sido reconocida como una de las férreas defensoras de la mujer.
¡Colorín, colorado, este cuento ha terminado!
Maximino Arteaga
Escuela de Traductores - Cuento
Escuela de Traductores
En una ciudad pequeña llamada Toledo, había una hermosa escuela. Escuela grande y espaciosa que se iluminaba de forma resplandeciente una vez el sol tocaba su hermoso jardín.
En ella estudiaban y gozaban de cuanto niño tuviera el privilegio de ingresar a sus hermosas laderas. Aquí había de toda clase de muchachos, pero dentro de ella había un grupo muy especial; Ese grupo era único era exclusivo, era misterioso, pero sobre todo era diferente a todos los demás.
Muchos expresaban que eran 5 muchachitos, otros aludían que eran muchos y otros aseguraban que solo se trataba de un rumor, estos chicos originarios de la mismísima ciudad de Toledo en Madrid, tenían unos dotes que los hacían ser únicos, unos dotes que permitía traducir cualquier texto u obra por más compleja que fuera en textos leídos, comprendidos y traducido a casi cualquier idioma que fuera hablado por cualquier persona.
Estos chicos tenían la habilidad de traducir novelas y obras enteras a cualquier idioma sin ayuda y sin necesidad de terceros; Ellos eran tan especiales que aquellos que tenían el privilegio de hablar y conocerlos los describían como únicos y muy inteligentes.
Ellos en la ciudad de Toledo traducían obras y novelas como las de Euclides, Galeno..., Adelardo de Bath, Daniel Morlay, Gerardo de Cremona, Hermann el Alemán, Hermann, el Dálmata, Miguel Scoto, Roberto de Chester.
Su trabajo era admirado y pocos tuvieron el privilegio de conocerlo.
Traducían textos, Tratados y manuales de Filosofía, de Literatura, de Medicina, de Matemáticas, Historias de la Ciencia y de la Cultura en general. Pero entonces que sucede con estos traductores. ¡No sabemos!, solo sabemos que eran un grupo que Vivian enamorados de Viejos libros y viejos saberes! ¡Hombres de tres religiones y de patrias dispares! Llevando una ¡Magnífica encrucijada de culturas! Y que gracias a sus conocimientos y amplio saber pudieron disfrutar de innumerables traducciones que le dieron un giro al mundo.
Es por eso por lo que la ciudad de Toledo era conocida como la ciudad de los Traductores de Toledo, por ese grupo de muchachos que en momentos donde nadie los veía lograron lo más importante en la edad media, la traducción de los libros de la ciudad de Toledo que era deleite para cada integrante de esta ciudad que ingresaba a la Biblioteca.
FIN
César Augusto Jaramillo
El Traductor – Cuento
Del encantamiento, brujería y otros menesteres - Verso en Prosa Poética
I
La gran civilización del tercer siglo resigna por la profunda crisis,
En occidente yerguen sinuosas estelas de opresión,
Sociedad, religión, pensamiento, vida y muerte
Confluyen sin piedad en aquella ocasión,
Vándalos, godos y visigodos; alanos, suevos y hunos con Atila al despertar,
Entre otros desplegaron la barbarie,
barbaros contra el Rin helado al cruzar,
acecharon la fuerza de generales, notables, emperadores y hasta a un papa lograron
claudicar,
con la Ciudad de Dios y los Siete libros de historia contra paganos,
Los cristianos a su fe se aferran, para así poderse consolar,
del desespero que subyacen en el romano,
mítica irrupción de los Carolingios y el islam
el fausto imperio cae; Roma y occidente ya no es el mismo preclaro que todos decían
pregonar.
II
Conjuros, brebajes, pactos y demonios,
Brujas, aquelarres, gritos y magia negra sin parar,
Fueron practicas sobrenaturales que la iglesia perseguía sin cesar,
A la hoguera y a la horca, decapitados y hollados
las brujas y hechiceros por el cristianismo fueron diezmados
mientras el clero rezaba a Dios ofrendaba,
las cabezas de los paganos, muerte y sangre rodaba
la gente al terror se arrodillaba,
y el pueblo solo por sospecha justicia aplicaba
a la bruja, al pagano, al hechicero o al servir del diablo,
en nombre de la iglesia, todo valía para convertirse en salvador y santo.
III
La práctica de la superstición llamaría,
la brujería y el encantamiento, adeptos ganaba
fácil era curar, amar, odiar y matar, en el medioevo proclamaban,
Solo hechizos, ritos y cultos al demonio o al mismísimo diablo requería,
Satanás, Belcebú, Lucifer, Luzbel, Samael o Abaddhon
Así llamaban en cada ritual, según su intensión,
al rey de las tinieblas y a su finito bastión
la mujer señalada como única culpable de brujería y maldad
recreando la misoginia, la violencia y la opresión
en contra de las féminas por natural disposición.
Edinson Pabón
Del encantamiento, brujería y otros menesteres - Verso en Prosa Poética
Luis Alejandro Hernández Céspedes
La Baja Edad Media – El Otoño de Europa – Video Pedagógico
Carlos Mauricio Rojas Ortiz
Las Cruzadas - Cuento
Carlos Hernando Parra Moreno
La Divina Comedia – Cuento
Las Cruzadas - Cuento
Érase una vez, en algún lugar del universo, en un planeta llamado “Absurdo”, se dio inicio sin vacilaciones a una cruenta guerra, bautizada Guerra Santa, cuyos resultados fueron muerte, desolación y miseria para todos sus intervinientes, en todos los territorios donde sucedieron los hechos. En este planeta “Absurdo”, los líderes religiosos profesaban a la muchedumbre su devoción y entrega extrema a un Dios omnipotente y, luchaban entre estas religiones por tener mayor control territorial y ser cada día más poderosas en influyentes en el mundo, por eso, se dieron a la tarea de conquistar tierras sagradas donde vivió, fue asesinado y resucitado: un famoso erudito de nombre Jesús de Nazaret, conocido como Jesucristo. En el año 1095 el papa Urbano II en un acuerdo con otros clérigos y nobles del occidente, y tras previamente escuchar el clamor de ayuda por parte del emperador Bizantino Alejo I, decidió emprender la Primera Cruzada al mundo del oriente medio, expresando su frase célebre: “Deus Veult”, que significa “Dios lo quiere”; logrando a sangre y fuego tomar Jerusalén y vencer a los musulmanes. Posteriormente, los musulmanes retomaron el control territorial y se da continuidad a la guerra santa, con mayor sevicia y crueldad. Previamente a ésta primera cruzada, se presentó un fuera de serie conocido como Pedro El Ermitaño, quien logró engatusar a miles de personas del común al convencerlos de desplazarse a recuperar la “Tierra santa”. Estas personas fueron masacradas sin piedad o compasión por las hordas musulmanas apostadas en el oriente medio. Ésta fue la excusa perfecta para que la iglesia cristiana proclamara oficialmente la guerra santa y obtuviera el apoyo monárquico y de la nobleza.
En el mundo “Absurdo” continuaron las Cruzadas revestidas de ilógica y deshumanización, logrando completar un total de ocho incursiones guerreristas; respectivamente en los años: 1147, 1187, 1202, 1217, 1228, 1248 y 1270, en donde la confrontación armada dejaría millones de muertos, pobreza y estancamiento en el desarrollo social, político, cultural y económico de las dos regiones. Todo esto motivado en la supuesta lucha justa por enaltecer a un Dios, haciendo a un lado el básico y fundamental de los derechos inalienables del hombre: el derecho a la vida.
La insensible iglesia cristiana del mundo “Absurdo”, contó con el apoyo de un importante grupo de monjes militares pertenecientes a la orden del Templo de Salomón, conocidos como Los caballeros Templarios, quienes ofrendaban su vida por la fe religiosa y tenían principios monásticos muy rigurosos y de estricto cumplimiento. Asesinaban sin cuartel en “nombre de Dios”. Contradictorio y retorcido panorama este: torturar y matar en nombre de Dios, es algo incomprensible, inentendible e injustificable.
Al final de las cruzadas, los integrantes de esta orden reciben traición por la misma iglesia cristiana y son perseguidos y cazados hasta su aniquilación, con métodos poco ortodoxos y humanos como la tortura y la hoguera, acusados de ofender y traicionar al Dios supremo.
Este planeta “Absurdo”, aún sigue en el espacio sideral en donde suceden cosas aún más escabrosas, terribles y paupérrimas, que, difícilmente serán racionales, sensibles y bendecidas por el conocimiento y las virtudes como: la prudencia, la sabiduría y la justicia.
Santiago Rivera Cubillos
A la luz del falaz dogma - Poema
A la luz del falaz dogma
Lo medieval, sinónimo de atraso oscuro
Sin embargo, virtuoso a comparación del futuro
Afirmaciones académicas constituyen prejuicios
Que ocultan de este periodo sus beneficios
Lo actual: violento, conflictivo e inquebrantable
Toledo: ilustre y cultural representante
Traductores hermanos sin distinción
Judíos, árabes, cristianos en convención
Que en la actualidad es solo ilusión
Ilustres exponentes dignos de recuerdo
Pisán y la defensa de la mujer
La autonomía fe/razón de Guillermo
Santo Tomás solo es el primer
Mencionado de una vasta lista de conocimiento
Enfermedades, religión y cruzadas
Constituyen las bases dogmáticas
Que oscurecen tristemente la luz
Del más largo periodo de la historia humana